Los ‘sinsentidos’ de la moda

Modas extremas

Seguro que muchas veces lo has oído, o incluso lo has dicho tú mism@: "Qué moda tan ridícula hay ahora, qué tendencia tan exagerada ha salido o qué prenda tan absurda han presentado". Ejemplos de afirmaciones que no pueden ser más erróneas.

¿Estoy diciendo que la moda no tiene cosas sin sentido? Para nada, todo lo contrario y, de hecho, es parte de su encanto. La moda -como indumentaria- es en la mayor parte de las veces práctica y otras, como cualquier rama de expresión artística, pura locura creativa, puro derroche de inspiración e exploración sin límites: siluetas indescifrables, mezclas de estampados inesperados, proporciones anti-anatómicas o combinaciones de color a priori vetadas. Esta segunda faceta es la que hace que quienes no estén en este mundo tan peculiar lo teman y rehuyan.

Pero lo que es un fallo tremendo es pensar que es en la actualidad, y sólo en ella, cuando la moda tiene esa vertiente extrema y exagerada e idealizar la elegancia de un pasado que en realidad no existe. ¿Por qué digo esto? Porque en todas las épocas ha habido tendencias que contradecían el sentido común y cuya aparición no se explica sino por una de las funciones primordiales de la moda: la seducción.

Fuente: Pinterest

¿Pensabas qué era ahora cuando los zapatos eran más en punta, como los stilettos So Kate de Louboutin? Pues en el siglo en el siglo XIII se empezó a llevar un calzado llamado Pigache cuya punta llegó a alcanzar tal longitud que para poder caminar tenían… ¡que atarla al tobillo!

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La crinolina, por su parte, era una estructura que se usaba en el siglo XIX debajo de faldas y vestidos para mantenerlos huecos. Su volumen aumentó hasta el punto de convertirse en un arma mortal. Como creaba un perímetro tan amplio alrededor del cuerpo femenino era difícil de controlar y ,en un época en la que se usaba el fuego de forma cotidiana en cocinas y chimeneas, las muertes de mujeres incendiadas por su propio vestido llegaron a 3000 en una década! Además, al ocupar tanto dificultaban la salida por las puertas, y en 1863 más de 2000 personas perdieron la vida al no poder salir de una iglesia en la que se desató un incendio por el “bloqueo” que causaban estas prendas tan cuestionables.

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Por no hablar de los corsés, que eran una prenda de ropa interior-popularizada en el siglo XIX- que mediante cordones ajustaban la figura hasta conseguir una cintura tan estrecha que provocaba indigestión, mareos frecuentes por dificultades al respirar, hemorragias internas e incluso desplazaba los órganos.

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